LA PÉRDIDA DEL ESTADO DE DERECHO

sinpunto

Cada vez que observo la forma en que se comportan los trogloditas que militan en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, me congratulo de haber enviado a mis hijos a escuelas privadas. Por fortuna se lograron profesionalmente con un perfil de alto rendimiento, y ambos son exitosos en lo que hacen pese a su juventud.

El odio que manifiestan contra los policías que contienen sus descarados y ofensivos propósitos de penetrar en la Residencia Oficial de Los Pinos a causar destrozos, como una forma de vengarse por la negativa a reconocerles prebendas que nada tienen que ver con la educación, muestra su verdadera estatura. Basta ver el atávico y primitivo comportamiento de Rubén Núñez Ginés, el presunto líder magisterial, para entender que los presuntos maestros tienen de educadores lo que yo de albañil. Claro está, con el respeto que merecen los albañiles.

Dicen los tratadistas que el estado de derecho se forma por dos componentes: el Estado como forma de organización política y el derecho como el conjunto de normas coactivas que regulan conductas humanas. Por lo tanto, el Poder del estado se encuentra limitado por el derecho. Pero un estado de derecho debe cumplir con una serie de normas, entre las cuales podemos señalar: La ley debe ser el mandato fundamental. Deben garantizarse todos los derechos y libertades, y es responsabilidad del Estado que la ley se cumpla y que en ella se vele por la libertad de todos los individuos que viven bajo su tutela. La administración debe encontrarse limitada por la ley

Habrá que señalar que el estado de derecho surge en oposición al estado absolutista donde el monarca se encontraba por encima de los ciudadanos y podía mandar sin la oposición de ningún otro poder, lo que trasladado a lo que hemos vivido los citadinos en los últimos veinte días, nos habla de la mendicidad personal y del talante autoritario y retrógrado del señor Núñez Ginés. La forma en que los maestros se burlan de aquellos a los que causan daño habla de una imbecilidad supina que los aleja cada día de la simpatía de las masas, y solamente pueden hacer lo que hacen porque se han convertido en una turba de idiotas que piensan que provocando daño van a ganar una batalla que tienen perdida de antemano.

Pretender que las leyes educativas votadas en las últimas semanas en el Congreso Mexicano no tengan vigencia en territorio oaxaqueño, habla del estado de excepción que pretenden aquellos que han violentado la vida de los que habitamos en la Ciudad de México, contando para ello con la complicidad de nuestro gobernante. Hasta ahora, los maestros han mostrado que son especialistas en mantenerse al margen del Estado de derecho, que muy poco les importan las leyes, y que tampoco tiene consideración por sus semejantes. No es un problema social, que quede claro, es un problema artificial encabezado por criminales y consentido por los mismos criminales que cambian leyes para excarcelar a criminales. Las razones de la sinrazón están a la vista y tienen nombre: Partido de la Revolución Democrática. Y Luego dicen que los periodistas volcamos contra ellos injustificadamente nuestras fobias. Creo que han perdido la noción de la decencia. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.