Lo que Peña sabe

SINGLADURA

Usted sabe señor presidente Enrique Peña casi todo,  si  no todo  lo que ocurre y aun se piensa en el país, pero quizá haga mejor en parecer que no lo sabe. Tal vez así resulte mejor .

Sabe por ejemplo que está cayendo en las encuestas de popularidad entre la ciudadanía. Sabe lo que se dice de usted. Sabe lo que la mayoría de la gente piensa sobre las reformas impulsadas por su gobierno y sabe que muchos creen y así lo dicen que usted no gobierna. Que usted es sólo una imagen de los grupos o intereses facticos del país, lo que llaman el poder real mexicano, que está más allá propiamente del espacio de Los Pinos y/o el Palacio Nacional. Tal vez a usted esto no lo incomode, pero lo sabe, estoy seguro.

De igual forma sabe que la economía está erosionada y que las cosas en este campo aún pueden deteriorarse mucho más con efectos graves para la gobernabilidad y, peor aún,  para la mayoría del país.

Sabe que en las clases más empobrecidas de México el futuro es más que nunca una quimera y aún un horizonte que no existe porque el presente es tan apremiante que devora la perspectiva de futuro. El drama es aquí y ahora, no hay espacio para pensar en más. Es dicho sin ambages el drama de la sobrevivencia cotidiana o del día a día y punto. Usted lo sabe señor presidente, pero quizá sea mejor obviarlo porque también sabe que aún su poder  resulta deficitario frente al tamaño del reto.

Usted sabe señor presidente lo que se comenta en las redes, ese espacio suelto, irreductible y tremendamente crítico de usted. Es un espacio y también usted lo sabe que se desborda incontenible de opiniones, las más en contra de su gestión y usted lo sabe, aun cuando perciba que es mejor “no pararle bola”, para decirlo con una expresión típicamente venezolana. Pero usted señor presidente peña lo sabe.

Usted sabe de igual manera las ambiciones de quienes lo rodean, pero estoy seguro que prefiere darles la vuelta en la mayoría de los casos, pero las sabe. Más aún, está obligado a conocerlas y dudo que lo hagan sentir feliz o, al menos, de buen ánimo.

Presidente Peña, usted sabe que la mayoría de la población de este país lo critica por numerosas razones  y duda de usted y su gestión y sin embargo supongo que usted prefiere ignorarlo, pasar  por alto –se dice- ese mal humor social que está más vigente que nunca en el país.

Imagino en las noches, cuando usted va a dormir, ha de costarle trabajo conciliar el sueño. Dudo mucho que usted se sienta satisfecho de un día más de trabajo y el resultado de éste. Por esto último es que creo que prefiere voltear de un lado e imaginar que nada de esto sabe. Entiendo que debe ser duro ¿o no?.

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