Cero en Río

SINGLADURA

Si a los hombres, todos, se les conoce por sus frutos, triste la calavera del hoy titular  de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo. Bajo su “atinada” encomienda presidencial, Castillo está rindiendo nada en la cita de los juegos Olímpicos de Brasil 2016.

El ex comisionado en Michoacán, cuya abrupta salida del cargo estuvo marcada por la polémica en torno a su papel para desactivar a los grupos prácticamente paramilitares en ese estado, seguramente debe ahora tener encendida una vela para que antes de que concluyan los Olímpicos de Brasil algún atleta mexicano lo saque del apuro y haga el milagro.

El también ex jefe de la Profeco –vaya cargos tan disímiles para tan versátil funcionario público- recién trató de calmar las aguas que han empezado a agitarse ante la nula cosecha mexicana en Río 2016.

Castillo ha pedido tiempo, es lo único que le queda ganar para mostrar que no todo está tan mal como lo pintan  los malhadados medios de comunicación, que han ratificado la pésima historia de resultados para México en territorio brasileño.

Dénme tiempo, plantea Castillo. No coman ansias, insiste al argumentar en que aún   es inadecuado trazar un escenario catastrófico para México en estas justas deportivas.

Y vienen los argumentos a falta de resultados.

“Sabíamos que las circunstancias no iban a ser fáciles, faltan muchas competencias, hoy entran en competencia Paola (Espinosa) y Ale (Orozco) en clavados sincronizados, faltan Jahir (Ocampo) y Rommel (Pacheco) también en sincronizados, tenemos en individual; falta Taekwondo, y faltan todavía muchas pruebas”, planteó en una charla con  Radio Fórmula.

Castillo cree que la meta de repetir las siete medallas logradas hace cuatro años en Londres es todavía posible en Río. Así que sólo, por favor, no caigamos en escenarios catastrofistas, esos que nos encantan a los mexicanos, generalmente tan pesimistas, según trasuntan los comentarios del jefe de la Conade y muy buen amigo del presidente. Faltaba más.

Hace cuatro años, México conquistó una de oro, tres de plata y tres de bronce, una cosecha que lo colocó en el sitio 39 del medallero olímpico, pero que hasta ahora se antoja cuesta arriba de lograr en Río.

Imagino que el comisionado de la Conade debe ya haber encendido sus velas para que haga callar a los críticos, escépticos y catastrofistas mexicanos que sólo miran lo malo  y no ven los avances del país bajo la batuta magistral de sus gobernantes, él mismo entre ellos.

Pero Castillo pone en claro que a diferencia de esos catastrofistas y agoreros del desastre él  no lo ve así. Al contrario, se encuentra insuflado de optimismo porque ” ahí tenemos el tema de taekwondo, tenemos el tema de Lupita (González) en los 20 kilómetros, está el tema de Crisanto en triatlón, está el tema del futbol, entonces yo no haría un escenario catastrófico cuando vamos en el minuto 15 –utilizando la analogía-“.

En consecuencia, Castillo hace ver que apenas son tres días de competencias. “Al final es cuando tenemos que hacer el balance”. Ojalá. De otra forma, abonaríamos otro escenario adverso al ánimo nacional, muy alicaído por estos días con tantas malas noticias y sucesos golpeadores del ánimo, entre ellos la denuncia de la diseñadora  María Luisa D´Chavez, según la cual la Conade a cargo de Castillo rechazó su propuesta de traje de gala para la delegación mexicana en la ceremonia inaugural de Río 2016 con el argumento de carencia presupuestal.

D´Chávez aseguró sin embargo que la dependencia gastó hasta 4 millones de pesos por los diseños de la firma alemana Hugo Boss, pese a la propuesta de ella de menos de 400 mil pesos. Cosas de Castillo y su espléndido ánimo.

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