Los geoparques

SINGLADURA

Se les considera paraísos diseñados por la sabia acción de la Naturaleza a lo largo de millones de años y poderosos imanes para atraer el turismo nacional y extranjero de un país. Son los llamados geoparques, y son una de las más novedosas formas no sólo de fomentar el turismo, sino en especial de preservar los geositios a través de la conservación y el desarrollo económico de manera de sacar de la pobreza secular a vastos sectores poblacionales del país.

México tiene un alto potencial para el desarrollo de geoparques. En un Geoparque se pretende conservar el patrimonio geológico y fomentar el desarrollo económico de la comunidad o de la región incentivando el empleo y las actividades económicas, entre ellas el turismo, el comercio y la artesanía.

En México existen muchos sitios con características idóneas para constituirse en geoparques, como por ejemplo el Cañón del Sumidero, el cual es producto de la intensa erosión en calizas que se formaron hace unos 65 millones de años. Otro ejemplo son las Barrancas del Cobre, en Chihuahua, producto de la intensa erosión de la Sierra Madre Occidental.

A la fecha el SGM trabaja en promover un Geoparque en la zona del volcán Tacaná, en el Estado de Chiapas, para que sea aprobado y acreditado por la

la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que es la única institución facultada para avalar la creación de Geoparques en el mundo.

De hecho en mayo pasado la Unesco declaró los dos primeros geoparques mexicanos, uno en la Alta Mixteca de Oaxaca y el segundo en la comarca minera hidalguense, que incluye ocho municipios de ese estado minero por excelencia.

El geoparque del Volcán del Tacaná tiene el impulso del Servicio Geológico Mexicano (SGM), un organismo gubernamental de clase mundial que encabeza el Ingeniero Geólogo Raúl Cruz Ríos, un promotor incansable de los geoparques en México, entre otras iniciativas importantes como por ejemplo la geología médica.

Los geoparques tienen como objetivo preservar el patrimonio intangible de las localidades y comunidades, así como sus sitios arqueológicos y lenguas ancestrales, respetando sus usos y costumbres, en opinión del propio Ingeniero Cruz Ríos.

Si bien es cierto que las autoridades determinan el sitio donde se establecen los geoparques, gestionan la certificación y supervisan las instalaciones, la operación queda a cargo de la comunidad que puede usufructuar la venta de "productos y servicios autónomos".

En consecuencia, es posible que puedan vender rocas de millones de años o pequeñas piezas de granitos, certificadas por la UNESCO, y sus beneficios se destinan a mejorar las condiciones sociales de las comunidades que rodean los geoparques.

Cruz Ríos se propone crear un geoparque por cada uno de los 32 estados de México y  considera un "deber de la humanidad legarlos a las nuevas generaciones como joyas naturales".

Es claro que iniciativas de este tipo preservan la riqueza y el patrimonio del país, pero además detonan el crecimiento y abaten la pobreza de numerosas zonas nacionales.

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