Moneda al aire

SINGLADURA

Así sea “irracional”, el calificativo empleado hace poco tiempo por el presidente Enrique Peña Nieto, el descontento social es un hecho. Así se nos invite a sacar bien las cuentas, el hecho es que como dijeran las muchachas de servicio en los pueblos y aún en algunas ciudades, “pues éstas no salen”. Así se haya realizado en los últimos cinco años el mejor esfuerzo de gobierno, el hecho es que no se ve el queso en la tortilla. Así se hable de que el país está mejor hoy que antes, pues se multiplican las suspicacias y las dudas, el descrédito y el encorajinamiento.

Este ánimo social como telón de fondo parece que es lo que está determinando, conforme a la mayoría de las encuestas, que “ya sabes quién”, vaya a la cabeza del electorado nacional. Y esto también parece un hecho. Están por delante 90 días de campaña electoral y la pregunta de los cien millones, de dólares claro, es si ese telón de fondo del país, alcanzará para dar un vuelco al país, para descarrilar el tren de la historia escrita machacona, persistente y monotemáticamente en las prácticamente cuatro últimas décadas, desde 1982 para ser precisos.

¿Por qué marcha a la cabeza de los sondeos? Es simple. “Ya sabes quién” ha tenido la habilidad y la persistencia sin duda de escuchar al país. Ha puesto por casi 20 años el oído a la tierra, ha recorrido el país en sus cuatro puntos cardinales y se ha mantenido increíblemente en la palestra nacional. Esto también es un hecho.

Añade a sus haberes otro hecho: se ha mantenido al margen del desgaste consustancial al ejercicio del poder o de gobierno, y sus casi habituales prerrogativas, mayores aún en un país como México.

Desde afuera, en los márgenes del núcleo de la “cosa pública”, ya sabes quién ha entendido mejor que nadie la frustración, el desasosiego, la inconformidad y aún la ira nacional. Por eso amaga con el tigre, que sabe está a la vista, que ya no ve sino la selva política mexicana. Hay hartazgo, cierto también.

En la frase “la mafia del poder”, ya sabes quién resume la cólera del “jodido”, del batallador cotidiano y aún de aquel que ya a estas alturas y en las circunstancias del país, ha perdido incluso la esperanza o cualquier expectativa, un hecho también tan grave y profundo como desgarrador en México.

Esto es lo que está en juego y habrá de decidirse en julio próximo. Aún se desconoce, aunque los encuestas lo anuncien, si lo que está pasando y se ha acumulado en el país, bastará para el triunfo de “ya sabes quién”. La moneda está en el aire como pocas veces en una circunstancia electoral, pero un hecho es real: México está obligado a cambiar y pronto, con “ya sabes quién” o con cualquiera de los candidatos en la recta final. La continuidad o “el salto al pasado y aún al vacío”, dejaron de ser opciones.

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