Aún en medio de tolvaneras y otros fenómenos propios de desiertos áridos, la
Feria Universitaria del Libro (FUL), que auspician la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y el Patronato Universitario de la máxima casa de estudios hidalguense, constituye luego de un trabajo fecundo de 32 años continuos, la mayor expresión cultural de ese estado, encajado en el centro de México, y la segunda gran fiesta librera universitaria del país.
Al punto y prácticamente de manera casual, conversé con el presidente de la FUL, Marco Antonio Alfaro Morales, un veterano de la cultura universitaria hidalguense. La charla, de carácter informal, me aportó estos datos: se prevé este año más de 170 mil asistentes a la FUL, que inició el viernes 23 de agosto pasado y culminará el próximo domingo uno de septiembre. Esto significa que aún hay tiempo para visitar el Polifórum Carlos Martínez Balmori en la Ciudad del Conocimiento. Anticipo una experiencia enriquecedora.
La edición 32 de la FUL expone el trabajo de unas 1.200 casas editoriales en un escaparate privilegiado para casi 100 mil títulos y si bien el volumen de ventas de esta feria es todavía una apuesta al futuro, hay la confianza en que la economía hidalguense logre pronto una pujanza y vigor que lo consoliden.
Alfaro Morales resume la importancia de la FUL, ya clasificada en un segundo lugar a escala nacional precisamente por sus números en asistencia, presencia editorial y pronto en ventas, como “la emoción de compartir un evento anual, que reúne a tantas personas, en tantos espacios, tan diversos por los temas, tan diversos por las edades, tan diversos por los intereses con un vértice común: los libros.
Dice el presidente de la FUL, que se desarrolla este año bajo la temática de los derechos humanos, que contribuir a la formación de una sociedad lectora constituye una tarea que hoy más que nunca “se vuelve indispensable”. Esto por el clima de inseguridad y violencia, el incremento en las adicciones, la ausencia de valores y, en sí, “por una cada día más apetecible humanización de la convivencia social”.
Entre las expresiones culturales de la edición 32 de la FUL, dedicada este año a Italia, Alfaro Morales refirió la entrega del Premio Juan Crisóstomo Doria a las Humanidades 2019 a la Dra. Margo Glantz; el Reconocimiento Universitario de Fomento a la Lectura Rafael Cravioto Muñoz 2019 al Maestro Juan Domingo Argüelles. De igual forma, la editorial de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) recibirá el Reconocimiento Universitario al Desarrollo de la Industria Editorial 2019, y de manera póstuma se exaltará la labor del poeta, narrador y ensayista Saúl Ibargoyen, precursor del Primer Encuentro de Poesía FUL.
Para Alfaro Morales se trata de una gran fiesta del libro y de un sinnúmero de actividades culturales paralelas que se extenderán como dije hasta el próximo domingo uno de septiembre. Después de todo, apunta Alfaro Morales, “la compra de un libro significa que alguien lo va a leer”. ¡Enhorabuena!
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@RobertoCienfue1