La inflación acecha

En su tercer informe de gobierno, el presidente López Obrador dijo sobre la inflación: “aunque recientemente aumentó, ya se mantiene estable”. Fue todo. Y sin embargo, sin ningún ánimo de perturbar a nadie, si, dije a nadie, basta con visitar los mercados del país, escuchar a las amas de casa, atender los

carajos de los padres de familia y, ahora, echar un vistazo a las cifras de inflación, más aún en vísperas de que el Inegi revele sus datos, si, los de Inegi, para constatar que esa variable, también denominada el impuesto de los pobres, anda más vivita y coleando que nunca, con lo que nos daremos cuenta de que no andamos tan requetebién en este país de récords, incluida la inflación conforme los registros oficiales.

¿Inflación estable? Pues que me dispense el presidente. Mis datos revelan que la cosa de los precios en México está que arde. Consulte usted si gusta o duda a cualquier ama de casa, no de las fifis claro, porque a esas les viene floja cualquier tasa inflacionaria, pero sí haga esa consulta rápida entre las señoras de la cada vez más marchitada clase media de este país y hacia abajo. Se dará cuenta de que los precios andan por las nubes como solía referirse antaño, incluso claro en los malignos gobiernos neoliberales cuando muchos se quejaban de que todo iba pá´arriba, menos los salarios.

Ahora el presidente de la 4T presume que el salario mínimo en su gestión ha incrementado 44 por ciento, un récord en un país donde por décadas solía “argumentarse” que cualquier alza al minisalario resultaría inflacionario.

Pero aún y con todo ese aumentote al salario mínimo, vaya usted al mercado de la cuadra, la central de abasto más cercana y ni qué decir al supermercado, y ratificará lo que es una queja general: los precios de los básicos están al alza, y el gasto de antes ya no alcanza.

Los padres de familia están exigidos, predominantemente en estos meses, para que aflojen una lana adicional so pena de sufrir una merma muy sentida en sus dietas básicas. No vaya usted a creer que todos son gourmet. No nada de eso. “Todo está carísimo”, aducen las señoras, que reclaman el incremento del gasto cotidiano.

Y fíjese usted muy bien. No hemos de andar tan extraviados o alterados en exceso y sin argumentos cuando en víspera de que el Inegi revele su informe de inflación correspondiente al mes de agosto.

Diversas instituciones alertan que la inflación alcance 5.58 por ciento, luego de mantener una tendencia a la baja desde abril, cuando se colocó en una cima de 6.08%.

Anticipan que la tasa de agosto será el piso para la inflación, que se estima repunte a 5.69% este mes patrio.

Échele un ojo además al resultado del sondeo quincenal de CitiBanamex, cuyos analistas estiman que la inflación tenderá al alza a partir de este noveno mes del 2021, con un cierre al año de 6 por ciento, el índice más elevado desde 2017, cuando los registros la ubicaron en 6.77 por ciento como consecuencia de la política de liberalización de precios de las gasolinas en el gobierno de Peña Nieto.

Otras previsiones, entre ellas la de Vector Casa de Bolsa, anticipan una inflación de 7.1 por ciento al cierre de este año.

Así que México podría estar en la antesala de sufrir la mayor inflación de las últimas dos décadas, desde el año 2000, cuando cerró con una tasa de 9.0%.

Pero en cualquier escenario, dicen los expertos, la inflación concluirá 2021 fuera del intervalo de variabilidad de 2% a 4% que el Banco de México fijó como marco para la conducción de su política monetaria.

¿Y entonces? ¿Inflación estable? 

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@RoCienfuegos1