Lo evidente lo ocultan los políticos

De acuerdo con las teorías de la argumentación e interpretación, hay diversas formas de minimizar o distraer al público, del fondo y la verdad del problema. 

Es muy común, que cuando no se tienen respuestas sólidas para debatir una verdad que se presenta irrebatible y por lo tanto bastante firme, siempre queda un recurso del cual echar mano, ése es la descalificación del adversario. Es un recurso pueril, infantil, frecuente en los infantes, que sin embargo para quienes no están familiarizados en el debate, resulta ser efectivo, por ejemplo, la reacción inmediata del cuestionado puede ser, evitar atender al fondo del tema y ocuparse de la persona que señaló la falta, es el equivalente de los chiquillos cuando son sorprendidos infraganti y su defensa es “ah pero tu también … x” o señalar defectos de la persona creyendo que con eso ya lograron superar la acusación, eso ha sucedido en redes con un pálido intento por minimizar el contenido del libro del “Rey del Cash” se ha visto en redes de todo, desde quienes – seguramente aconsejados por el millonario Epigmenio Ibarra asesor del presidente – tratan de descalificar a la escritora, o a quien escribe el prólogo de la obra, han intentado hasta referirse a su condición de mujer enamorada y luego descalificarla, acusando que el libro fue producto de su despecho en la relación del colaborador personal y cercano del hoy presidente por más de dieciocho años. Pero nada respecto al fondo de lo ahí exhibido, nada que no sea evidente ahora, dadas las circunstancias de enriquecimiento sin probar su origen. 

Ello evoca el caso de un diputado hace algunos años, que, desde su curul, en la parte del fondo de Donceles, dirigiéndose a otro diputado que hacía uso de la palabra desde tribuna, le gritó “es usted un farsante y un ratero” y el diputado de tribuna le reviró, ¡usted a mí no me va a acusar de ratero! ¡pruébemelo! Y el diputado contesto desde su curul, no, si no lo estoy acusando de pendejo, lo estoy acusando de farsante y de ratero, si fuera usted pendejo habría dejado las evidencias para probar que usted es un ratero.  

La anécdota viene – como dice el clásico –, al referirse a la pandemia “como anillo al dedo” si uno analiza todo el libro, alguien podría decir que todo coincide con las evidencias o con la realidad, en él solo se señalan las dudas sobre la honestidad valiente que pudieran surgir y que están presentes en todas las mañaneras.     

En redes, se estila descalificar, pero no tocar el fondo del tema, porque desde luego no se tienen argumentos para debatir. Otro estribillo recurrente para evadir el fondo, es decir – ah, pero es que antes eran peores – cuando también las evidencias demuestran lo contrario. Otro pretexto para desviar la atención es cuestionar a quienes en redes apoyan los cuestionamientos y ese es “y tú dónde estabas” cuando en gobiernos anteriores hacían lo mismo, con ello nuevamente desvían la atención del fondo de la cuestión como si con ello se sanearan las evidencias de lo que se señala, pero nuevamente sin atender al tema de fondo. Con ello sostienen, que como eso se hacía y peor antes, ahora también se hace menos peor, lo único que queda evidente en las redes es la polarización del tema y la cerrazón e ignorancia de los defensores que buscan justificar a toda costa lo injustificable.  

Eduardo Sadot Morales

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