Crónica del amor en tiempos del Covid-19

Día 46 de la cuarentena; 105 mil 664 personas estudiadas, 16 mil 099 sospechosos, 26 mil 025 confirmados, 66 mil 540 negativos, 2 mil 507 personas fallecidas por COVID-19

 El amor es el sentimiento más bello y profundo que mueve al mundo, por amor los padres se sacrifican por los hijos y los hijos por los padres.

El amor en una pareja es lo que los impulsa y los motiva a luchar juntos por un bien común, por formar una familia y sobre todo, por hacer que su amor perdure.

Ahora, con la pandemia, el amor físico y carnal, da paso al verdadero amor, al amor platónico, al amor que se siente por una persona, de acuerdo al concepto del filosofo griego Platón, el amor debe ser algo esencialmente puro y desprovisto de pasiones, porque estas son fundamentalmente ciegas, materiales, efímeras y falsas.

La fascinación que el amor y la muerte tienen sobre los poetas y escritores, es tan sublime que pocos se han resistido a la inspiración que estos les provocan.

Un claro ejemplo de ello es “El amor en los tiempos del cólera”, una novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez, publicada en 1985.

Una novela dedicada al verdadero amor. La novela se inspiró en la forma en que se desarrolló la relación de los padres de García Márquez. Para escribirla se entrevistó durante varios días con sus padres, cada uno por separado, para encontrar más detalles de cómo iba a escribir la novela.

La historia del mundo está plagada de escritores que en algún momento volcaron su fascinación por el amor y la muerte en novelas, poesías y pensamientos:

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,
justamente estas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien no gira el volante cuando esta infeliz con su trabajo, o su amor, quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida, huir de los consejos sensatos…

¡Vive hoy! ¡Arriesga hoy! ¡Hazlo hoy! ¡No te dejes morir lentamente! ¡No te impidas ser feliz!

Escribió Pablo Neruda, chileno, muerto por cáncer de próstata, a los 69 años de edad.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

O aquello de…

Cerraron sus ojos que aún tenía abiertos, taparon su cara con un blanco lienzo;
y unos sollozando, otros en silencio, de la triste alcoba todos se salieron.

De un reloj se oía compasado el péndulo, y de algunos cirios el chisporroteo.

Tan medroso y triste, tan oscuro y yerto, todo se encontraba que pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!

En las largas noches del helado invierno, cuando las maderas crujir hace el viento
y azota los vidrios el fuerte aguacero, de la pobre niña a veces me acuerdo.

Allí cae la lluvia con un son eterno; allí la combate el soplo del cierzo.

Del húmedo muro tendida en el hueco, ¡acaso de frío se hielan sus huesos…!

¿Vuelve el polvo al polvo? ¿Vuela el alma al cielo?

¿Todo es sin espíritu, podredumbre y cieno?

¡No sé; pero hay algo que explicar no puedo, algo que repugna, aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes, tan solos, los muertos!

De Gustavo Adolfo Bécquer, escritor español, muerto a los 34 años, por tuberculosis,

¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul,

¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía... eres tú.
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡Yo no sé qué te diera por un beso!

Escribió profundamente enamorado y consciente de su contagiosa enfermedad.

¡Y bien! Aquí estás ya...

Sobre la plancha donde el gran horizonte de la ciencia la extensión de sus límites ensancha.

Aquí donde la rígida experiencia viene a dictar las leyes superiores a que está sometida la existencia.

Aquí donde derrama sus fulgores ese astro a cuya luz desaparece la distinción de esclavos y señores.

Aquí estás ya...

Tras de la lucha impía en que romper al cabo conseguiste la cárcel que al dolor te retenía.

La luz de tus pupilas ya no existe, tu máquina vital descansa inerte y a cumplir con su objeto se resiste.

¡Miseria y nada más! Dirán al verte los que creen que el imperio de la vida acaba donde empieza el de la muerte.

Y suponiendo tu misión cumplida, se acercarán a ti, y en su mirada te mandarán la eterna despedida.

La tumba es el final de la jornada porque en la tumba es donde queda muerta la llama en nuestro espíritu encerrada.

Pero en esa mansión, a cuya puerta se extingue nuestro aliento, hay otro aliento que de nuevo a la vida nos despierta.

Allí acaban la fuerza y el talento, allí acaban los goces y los males, allí acaban la fe y el sentimiento: allí acaban los lazos terrenales, y mezclados el sabio y el idiota, se hunden en la región de los iguales.

Describió Manuel Acuña, mexicano, quien se suicidó a la edad de 24 años.

Y su concepto del amor era igual de lastimero:

Bien sabe Dios que ese era mi más hermoso sueño. Mi afán y mi esperanza, mi dicha y mi placer

Bien sabe Dios que en nada cifraba yo mi empeño. Sino en amarte mucho bajo el hogar risueño.

Que me envolvió en sus besos cuando me vio nacer. Esa era mi esperanza.

Mas, ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo que existe entre los dos.
Adiós, por la vez última, amor de mis amores.

La luz de mis tinieblas, la esencia de mis flores. Mi lira de poeta, mi juventud, ¡adiós!

El amor en tiempos de pandemia, es una condena a suprimir los besos, pero no las acciones, a mantener la sana distancia y con ella la comunicación, a eliminar los abrazos y las caricias, pero no las palabras y los detalles.

El amor en tiempos de pandemia debe florecer justo donde existe, debe vencer lo que se interponga en su camino, debe ser la fuerza que los una para salir adelante juntos.

El amor en tiempos de pandemia, debe unir a las parejas para ejemplo de sus hijos, debe ser el motor que permita que la cuarentena sea más placentera y cordial.
Si en verdad amas a tu pareja, cuídate… por el bien de los dos.

https://youtu.be/bZoFYOBAD2Q