El regreso del a izquierda a Brasil

Aunque muchos pudieran considerar que fue por muy poco el que triunfara Luiz Inácio Lula da Silva,
sobre su oponente Jair Messias Bolsonaro, por la Presidencia de Brasil, ya que en porcentajes solo tuvo un 50.9 por ciento, sobre 49.1 por ciento; la verdad es que en números reales se habla de 2 millones 139 mil 645 votos o brasileños que hicieron la diferencia para que por tercera ocasión dirigiera los destinos de su país.
 
Sin precedentes el ganador Lula da Silva ocupa por tercera ocasión la presidencia de Brasil, tras una larga campaña, además de dos vueltas electorales; sus anteriores experiencias fueron en el año de 2003 y posteriormente en 2006, cuando ocupara este cargo, finalizando en 2010.
 
También se habla que con la victoria que logró Lula da Silva fortalece la victoria de los gobiernos de izquierda en América Latina, siendo solo Ecuador, Uruguay y Paraguay, los únicos tres que no tienen esta tendencia. Pero los países que son de izquierda tienen diferentes puntos de vista sobre la democracia, asegura un analista estadounidense.
 
Se ha hablado de los orígenes humildes de Lula, al ser obrero metalúrgico y sindicalista, convirtiéndose en los 80´s en líder sindical, cuyo liderazgo lo llevara a ser presidente; y durante sus ocho años al frente del país la gente reconoce las reformas y cambios que sirvieron para una transformación social y económica, que le llevo a ser la sexta potencia económica mundial y triplicando su PIB per cápita según el Banco Mundial.
 
De los logros del ganador en los tiempos que fue presidente el que disminuyera la pobreza de 46 a 26 por ciento y la deuda externa estaba en un 4% del PIB, además de que las exportaciones en 20 años se multiplicaron por cinco y en cuanto al petróleo, podrá ser en la próxima década una de las mayores potencias, de acuerdo con especialistas que se han manifestado en el periódico español El País.
 
También reconocen que en los tiempos que gobernó el mérito no fue solo de él, sino que heredó de su antecesor Fernando Henrique Cardoso una economía reformada, con políticas sociales de vanguardia, así como la liberación y desregulación económica.
 
Lula mantuvo y amplió estas políticas, también apoyó en sus tiempos el pro-mercado y pro-sector privado. Pero se habla de que no pudo combatir la corrupción en sus colaboradores. Y en 2017 fue condenado a nueve años y seis meses de prisión por corrupción pasiva, en medio del escándalo de corrupción de Petrobras.
 
Fueron 580 días encarcelado imposibilitado a presentarse a elecciones en 2018 que ganó Jair Bolsonaro. Pero en noviembre de 2019 se ordenó su liberación; y la Corte Suprema anuló en 2021 todas las sentencias dictadas contra él, ya que carecía el juzgador de competencia para entender los delitos que le imputaron.
 
Ahora la gente espera mucho de Lula, sobre todo la clase media que fue la más favorecida en sus mandatos anteriores, pues fortaleció el mercado interno por medio del aumento en los salarios y les fueron otorgados créditos. 
 
También tuvo programas como Beca Familia en el que atendieron a más de 13 millones de familias; y el programa Hambre Cero, que permitía a las familias más humildes acceder a los alimentos básicos; y la desnutrición infantil se redujo un 46%.
 
Así, la esperanza del pueblo brasileño es muy grande, solo el tiempo nos dará la razón si el Presidente de Brasil por tercera ocasión Luiz Inácio Lula da Silva, les vuelve a hacer realidad el sueño de ser una de las mejores potencias económicas del mundo. Caso contrario de lo que vive hoy Peru con el depuesto Presidente Pedro Castillo quien no pudo o no supo generar las alianzas y condiciones políticas para la izquierda en ese país.

 

Eduardo Blanco

@EduardoBlanco71