Opinión

SINGLADURA

A Miguel Angel Mancera, quien llegó en 2012 al gobierno de la ciudad de México bajo las siglas del PRD, se le cuecen las habas por dejar el cargo. Pretende y prácticamente tiene asegurado un sitio en el Senado, a donde lo llevará el PAN, la antítesis del PRD, así estén ahora unidos por puritita necesidad. Seguramente Mancera ya se cansó del trajín urbano. Deja una ciudad caótica, y dolida por los sismos del 2017.