Después del desplome de partidos y candidatos derrotados en las elecciones del 2018, no había
aparecido nadie en el escenario político que pintara para darle la pelea a los morenos y mucho menos para enfilarse a la contienda de 2024.
Parecía que nadie le haría sombra a las figuras de Morena; los opositores se habían achicado, cautelosos, precavidos, callados o medidos. Replegados, políticos y no políticos, sobre todo al ver la acción de la justicia en contra de más de un personaje del pasado.
Con lo que no contaba el grupo en el poder es con la pandemia, que ha cimbrado a poderosos y no poderosos, que ha puesto a prueba capacidades para proteger a la población.
Los desaciertos tienen costos humanos, miles de vidas; lo ha constatado el mundo, pequeñas y grandes naciones.
México no podía ser la excepción. En la crisis y ante las circunstancias, ya hay una figura que empieza a llamar la atención a nivel nacional, por su capacidad para tomar decisiones.
Se llama Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, quien ante el Coronavirus, armó su propia estrategia, sin dejar de considerar medidas y acciones federales.
El caso del trabajador Giovanni López, victimado por policías del municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, así como las violentas manifestaciones por este motivo, lo hicieron reaccionar de inmediato, proceder contra los malos policías y exhibir a quienes alteraron el orden en Guadalajara.
Sin duda, Enrique Alfaro dio muestras de que tiene espolones para llegar a la competencia presidencial de 2024.
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