El candidato o candidata de la oposición

La oposición podrá decir misa y pregonar todos los días que va a recuperar el poder presidencial en 2024, nada más

que todavía no presenta a su precandidato o precandidata.

Se ha tardado en definir quienes serían sus principales aspirantes. La lista que hasta ahora tiene, cuando el país está cada vez más cerca de que arranque la madre de todas las batallas, es demasiado larga, muchos nombres y el posicionamiento requiere tiempo.

No se trata de encontrar al personaje más virtuoso de la política, perfecto o perfecta, porque no existe. Tampoco nadie podría ser capaz de resolver problemas del país de un día para otro, como si tuviera poderes divinos o mágicos.

Se buscaría a quien tenga cualidades para organizar, sumar, coordinar; conocimiento de lo que pasa en México y convencido de que no puede ni debe ser excluyente, sino incluyente, con la disposición para escuchar a todas las partes de la sociedad y gobernar con todos.

Hay quienes creen que lo de menos es el candidato, que primero es el proyecto y por eso organizan grupos para elaborarlo. Entre los partidos, el líder de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, no se ha casando ni se cansará de repetir que va por delante lo que sería el programa de gobierno.

Sin embargo, en ningún país del mundo ha sido así. Lo que ha definido y define cualquier proceso electoral es el candidato o candidata, porque es en lo primero que se fijan los votantes.

Si la oposición no lo entiende, que se prepare para una derrota más.

Arturo Zárate Vite

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@zarateaz1

arturozarate.com