El Tío

No se acomoda, incomoda. Ricardo Salinas Pliego al tiempo y con tiempo decidió cambiar y madurar en su posición.

Reconoce haber votado y apoyado a Andrés Manuel López Obrador y además dejó huella, constancia de ello.

 El tabasqueño fue muy bien recibido en los informativos del canal televisivo como candidato, presidente electo y mandatario. Se hizo incluso apología hasta de su familia y se cubrieron como prioridad sus eventos. Pero como muchos, el Tío Richi fue usado, traicionado y ahora maltratado.

Es uno más de los aspiracionistas, con éxito, mucho éxito, que no solamente es triunfador sino su fama pública es de tono internacional. Ha enfrentado a los grandes como en su tiempo a Televisa y ha escalado peldaños importantes en la política y en la iniciativa privada, tan es así que muchos coquetean con la idea de que se le requiere para postularse a la presidencia de México para el 2030.

Salinas Pliego es actualmente el único empresario que está arriesgando su patrimonio y prestigio por devolver los valores cívicos a la Nación y evitar la implantación de un sistema narcocomunista. Esto evidentemente ocupa y preocupa al oficialismo sirviente de intereses que están provocando la desaparición de órganos autónomos, instituciones y cuidado, el libre ejercicio de la crítica, análisis y libre expresión.

Azteca ha reforzado una de las actividades más importantes del quehacer informativo, la investigación, provocando que sus emisiones estén sustentadas en hechos comprobables. No es negociable su fortaleza moral al defender a la familia, evitar su erosión y con ello alimentar el consumo de drogas, alcohol o desviaciones sexuales.

El Tío ha sido puntual “Mi vocación es distinta pero si no hacemos algo por el futuro del país, nuestros hijos y nietos nos lo van a reclamar”.

La proyección de Salinas Pliego está exponencialmente multiplicándose de tal forma que algunas encuestas estiman que de proponerse como aspirante presidencial 7 de cada 10 mexicanos le darían apoyo.

En la comunicación virtual, en redes, millones miden su entereza, trabajo y talento y piden que eso lo aplique a diferencia de la maltratada, desgastada y corrupta política que nos gobierna. Por ello se ha incrementado la persecución y hostigamiento desde el poder porque no hay forma más nociva que tratar de desprestigiar a personajes de alto valor con inmundas descalificaciones una forma ruin de atacar a navajazos de barrio ante la ausencia de categoría hasta en la expresión.

Mantengo elementos para reconocer la categoría profesional de Salinas Pliego porque he participado en diferentes espacios informativos de Azteca y Adn40 sin censura alguna, presión, insinuación o limitación en mis colaboraciones. Incluso fui propuesto para conducir el espacio noticioso matutino en Azteca y ser el productor ejecutivo de Hechos nocturno con el apoyo de enormes amigos y colegas como Sergio Sarmiento, Javier Alatorre, Jorge Zarza, Ernesto Vidal, Gregorio Ortega, Luis Armando Melgar, Adriana Delgado y Jaime Ramos con la intervención de quien recuerdo como titular del área de recursos humanos del Grupo Salinas, Ernesto Vidal. El proyecto no tuvo conclusión por dos importantes razones: en ese entonces yo era el director de noticias y conductor del servicio informativo matutino en Radio 13 (horarios de transmisión de las dos cadenas que se enlataban) y proceso que tuvo inevitablemente que suspenderse por el sorpresivo crimen de Paco Stanley que cambió y por mucho la dinámica, en todos sentidos, del país. Aún así continué colaborando junto a enormes periodistas como Pablo Hiriart o Jorge Fernández Menéndez. Ricardo Salinas molesta por ser ganador, por mostrar que con empeño se rompen paradigmas y se pretende alcanzar la excelencia.

Sus empresas han tenido mucho, muchísimo más aportaciones para el país que varias dependencias públicas, incluyendo secretarías de Estado. Así de fácil y eso duele cuando de ofrecer resultados en los recursos públicos se trata.