NUESTRA LAMENTABLE KAKISTOCRACIA

La Kakistocracia es un término griego que significa (Kakistos) el peor, y (Kratos)

 gobierno, y es un término utilizado en el análisis y la crítica política para epitetar a un gobierno conformado por miembros ineptos e incompetentes, y lo peor, los más cínicos de un determinado grupo social. Para decirlo mejor, a lo que me estoy refiriendo es a un calificativo que le viene “al dedo” a los honorables miembros del Movimiento de Regeneración Nacional que hasta ahora han venido destrozando al país.


Michelangelo Bovero, en su  estudio “El Legado de Norberto Bobbio”, señala que el autoritarismo fue desafiado y derrotado, y la obediencia dejo de ser una virtud. El disenso no sólo conquistó su espacio como fenómeno normal en la vida social, sino que se mostró y demostró cómo una levadura de una entera forma de convivencia, de civilización, de la vida pública y privada, personal y política. Pero no habíamos entendido que está forma era la democracia, la quintaesencia de la democracia en tanto que régimen del disenso antes que del consenso”.


“"No habíamos entendido, comprendido la democracia, al revés, creíamos encarnarla, practicarla, más en contra de la que nos parecía, a tantos de nosotros en aquel entonces, una apariencia engañosa, la “"democracia formal” y sus reglas, ridiculizadas por muchos como si fueran un simple disfraz del poder autoritario. No habíamos entendido, aprendido, elaborado, asimilado el patrimonio de la cultura política y jurídica que los milenios de la civilización occidental habían dejado en herencia a nuestros padres, a la generación de Bobbio, para permitirles fundar la democracia constitucional tras los horrores de la guerra civil, desbaratando las ruinas del fascismo”.


Ojalá el señor Presidente de la Republica se tomara un tiempo para leer este ensayo y aprendiera un poco de la experiencia relatada por Michelangelo Bovero, creo que le serviría para entender hacia dónde camina una sociedad cuando el autoritarismo se hace gobierno y los excesos personales se alejan de la mesura que debiera cohesionar a una sociedad en los momentos álgidos de un presunto cambio de régimen como el ha pretendido llamar a las actitudes dictatoriales y cargadas de odio de los principales miembros de su mal llamado “movimiento”.


Porque hay que señalar que el mal llamado Movimiento de Regeneración Nacional tiene de movimiento muy poco y mucho de autoritario. Y no es sembrando la discordia y el odio como se logran los consensos, por el contrario, es cuando los disensos se convierten en barreras insalvables y el asomo del autoritarismo se convierte en la solución única. México requiere reforzar su incipiente democracia, y aunque el autócrata sea producto de ella, y lo digo con toda responsabilidad, no habrá espacio para seguir adelante con un vacuo proyecto impuesto por una mayoría parlamentaria cuando una sociedad se muestra hastiada de los excesos en el corto tiempo. 


Hoy el Presidente de la Republica no cuenta con la mayoría que lo llevó al poder, y por mucho que el Movimiento de Regeneración Nacional pretenda seguir el mismo camino que en su momento recorrió el Partido Revolucionario Institucional, nunca segundas partes fueron buenas. Y hay que decirlo con mucha responsabilidad, la mayor parte de los mexicanos siguen pensando que más vale malo por conocido, que bueno por conocer, y lo que han conocido no tiene nada de bueno, por el contrario, los agobios son mayores y la corrupción más cínica. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.