Un Tiranito llamado Cuitlahuac García

Sin lugar a duda, la mal llamada cuarta transformación tiene muchos hombres y mujeres que se han distinguido no por

ser unas joyas de la política, sino una bola de pillos redomados que anteponen sus miserables conductas al ejercicio de gobierno porque se sienten paridos por Dios, y uno de ellos nos es más que el “señorito” Cuitlahuac García, gobernador de Veracruz, que cuando su “efebo” le pide que le haga realidad alguno de sus caprichos, de inmediato lo asume como una orden, y pone en riesgo el aparato de gobierno con tal de “satisfacerlo” como mandan los cánones del cariño y el amor que le profesa.

Su odio manifiesto con los impartidores de la justicia lo retrata en toda su pequeña dimensión como un diminuto tirano que pretende someter a uno de los poderes del Estado a su muy particular arbitrio, asumiéndose como un reyezuelo porque piensa que todos los funcionarios de los tres Poderes del Estado tienen que estar en consonancia con su detestable forma de gobernar en uno de los estados mas hermosos de este malogrado país. Cuitlahuac García es un remedo de mandatario que ni siquiera entiende lo que es el ejercicio de gobierno en beneficio de los veracruzanos.

Y mucho menos entiende lo que se tiene que hacer con las decisiones desde el poder, porqué acude de inmediato con sus efebos para que lo guíen en la toma de decisiones, y lo mal asesoren, para mal llevar las riendas del destino administrativo de su gestión. Su pequeñez como gobernante es evidente, pero su mendicidad como un pequeño tirano que solamente conoce la maldad, es brutalmente gigantesca y los veracruzanos ya están hartos de sus constantes desplantes que salen de la mente de sus numerosos “adolecentes” que hasta ahora han gozado no unicamente de las delicias del poder, sino de las delicias carnales que le prodigan sus llamados “asesores” que le satisfacen sus deleites carnales.

Ahora pretende dominar a los impartidores de la justicia, y la mejor muestra del odio por las mujeres la vivió en carne propia la juzgadora Angelica Sánchez Hernandez, porque este diminuto tirano piensa que la encarnación de la justicia es el mismo, y que los juzgadores tienen que obedecer las órdenes que le diseñan su pandilla de invertidos, quienes hasta ahora han venido supliendo a quienes debieran tener la honrosa tarea de mostrar y demostrar lo que se tiene que hacer desde el poder público.

Veracruz es uno de los estados de la Federación más ricos por sus maravillosos litorales, y un gran bagaje de hechos que sitúa a esa entidad como uno de los lugares con mayor historia y leyendas, que se han insertado en las páginas de muchos libros, de muchos registros cinematográficos, pero sobre todo, en el orgullo que sienten los veracruzanos por su tierra, por su país, por su historia, pero sobre todo, por lo que muchos de sus hombres y mujeres están intentando hacer para devolverle el brillo de sus tradiciones, y la alegría que siempre distinguió a ese maravilloso Estado de la Federación.

Veracruz lo tiene todo: naturaleza, recursos de toda índole, pero tiene un imbécil por gobernador. Su mayor hazaña ahora ha sido financiar una manifestación contra los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la cantaleta de que “los Ministros no quieren acabar con una etapa de nefastas políticas impopulares del periodo neoliberal” lo que demuestra su poco intelecto, porque lo único que evidenció es que no es otra cosa que un “cotorro” que repite al pie de la letra las injurias propias de quien habita Palacio Nacional. Pero ese tipo de actos son propios de un sujeto con una naturaleza distinta, porque sus mancebos, que nada tienen que ver con el ejercicio de gobierno, son los que le dictan que es lo que tiene que hacer y como hacerlo. Pobre Veracruz, con un desquiciado sujeto que muestra su miseria anteponiendo sus defectos viriles para satisfacer al inquilino de Palacio Nacional. “Cosas veredas Mío Cid”. Al tiempo.

This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.