Entre AMLO y Alito

No cabe duda de que “cuando la perra es brava hasta los de casa muerde”. Y eso es lo que hasta ahora le ha pasado

al todavía dirigente Nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno, a quienes muchos lo conocen por “Alito”, por lo que ahora le correspondió aguantarse la andanada que le propinó en inquilino de Palacio, si ese al que tanto le gusta retratarse con el en los eventos en que coinciden. Y también hay que señalar que cuando al tabasqueño le da por repartir, hasta a los de casa muerde. Porque siempre hemos visto que al señor Moreno le encanta estar junto al tabasqueño, pese a que en el papel político son adversarios. Pero qué bueno que se lleven bien, y que bueno que el señor dirigente del tricolor le tenga estima, porque del otro lado no existe más que lo mismo de siempre: desdén, minimizaciones, indirectas, directas, y hasta uno que otro comentario chusco.

Desconozco si Alejandro Moreno entiende las indirectas o se hace como que la gallina pone huevos y él tiene que cuidarlos. Porque hasta hora la lambisconería no le ha dado los resultados que esperaba, porque el pequeño mandatario lo utiliza cada vez que se ven y después lo desecha y lo manda a freír espárragos. Pero también desconozco si el señor Alejandro Moreno tiene un poquito de vergüenza.

La verdad es que entre Alejandro Moreno y Andrés Manuel López Obrador pareciera qué hay una circunstancia que muchas veces se observa en los matrimonios mal avenidos, donde los, protagonistas por momentos se abrazan y después se desdeñan, pero en este caso quien desdeña es el inquilino de Palacio Nacional, porque el otro no se ha dado cuenta de que ha estado siendo usado, en el buen sentido de la palabra por supuesto.

Por lo pronto el Mandatario lo puso de ejemplo y se burló de él. Simplemente le recordó el traspié de aquella frase que dijo: “no vamos a aprobar ninguna reforma que beneficie a México”. Lo que seguramente le provocó un espasmo de llanto al arrastrado líder tricolor que no entiende que ya se tiene que ir para no seguir causándole daño a los tricolores que todavía tienen la esperanza de que las cosas cambien.

Lo mejor que le podría pasar al tricolor es que un nuevo rostro venga a recomponer esa alicaída fuerza política que aún puede tener arreglo con otro dirigente. Ahí está Enrique de la Madrid, quien ha sido un elemento confiable y que ha dejado constancia de ser un hombre preparado y que puede darle lustre a los millones de hombres y mujeres que militan en el tricolor, y que tienen la esperanza de que alguien llegue a reconstruir y reconfigurar lo que fue esa fuerza política. Al tiempo.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Setién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.