Sincrotrón

Las crisis siempre dejan cosas buenas. Recién conversé por

 ejemplo con el doctor en Astrofísica de la UNAM, José Franco López, quien me contó sobre una alianza para impulsar en México y específicamente en el Estado de Hidalgo, el proyecto científico denominado Sincrotrón. Aclaro que para un lego en materia tecnológica y más aún científica como quien esto escribe, hasta el nombre de este artefacto me suena extraño.
No obstante, el Doctor Franco López me explicó la relevancia del Sincrotrón para un país como México, inmerso en una crisis sanitaria potencialmente grave por la llegada al país de la pandemia del coronavirus.
¿Qué es un Sincrotrón? Franco López, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, me explicó con la paciencia del Santo Job.
Un Sincrotrón es un acelerador de partículas que explica la existencia de toda la luz del universo y constituye un recurso vanguardista para desarrollar una amplia gama de investigaciones en los campos de la medicina, la industria, la ingeniería y muchas otras ramas del conocimiento.
El punto interesante y aún de enorme importancia puntual es que este recurso tecnológico y científico podría servir para contrarrestar la pandemia mundial del coronavirus. Nada mal ¿cierto?
El proyecto tiene el respaldo del gobierno del Estado de Hidalgo, a cargo de Omar Fayad Meneses, y del Instituto Paul Scherrer de Suiza.
Según Franco López, el Sincrotrón constituye “un magnífico proyecto de diplomacia científica”.
Hace sólo unos días, el gobierno hidalguense a través de la secretaría de Planeación, que encabeza Lamán Carranza, abrió la convocatoria para que mujeres y hombres de ciencia del estado y de todo México se inscriban a fin de sumarse al proyecto Sincrotrón, para que acometan en Suiza investigaciones enfocadas a entender la estructura y la evolución misma del Covid-19.
El objetivo es generar estrategias que permitan fórmulas para inhibir el virus y diseñar mejores estrategias de salud, me confió Franco López, quien considera que un sincrotrón es una máquina muy potente, a la que hay que “sacarle mucho juego” una vez que funcione. Hay que invertir, claro. En una primera etapa, el proyecto podría demandar entre unos 300 y 500 millones de dólares, pero los beneficios garantizan su rentabilidad. Cosa de cabildear pues con inteligencia y sensibilidad.
Para eso, añade este investigador, se necesita “un ejército de científicos, un ejército de tecnólogos y un ejército de innovadores que vengan de los sectores productivos de la industria para desarrollar insumos para nuestro país y el mundo”.
Hace ver que un Sincrotrón acelera electrones que emiten luz. “Toda la luz que vemos en nuestras casas, o la luz solar, o la luz de las estrellas es generada por electrones que son acelerados”, expone.
En resumen la luz de todo el universo es originada por electrones acelerados, “que generan un haz de electrones, el cual a su vez genera un haz de luz muy, muy intensa y ese haz de luz cuando lo hacemos incidir sobre algún objeto nos permite estudiar la estructura de ese objeto y conocer incluso la estructura molecular o atómica de esos objetos”, explica.
Cuando usamos estos electrones acelerados para estudiar las moléculas que “forman nuestro cuerpo, las grandes moléculas que forman nuestros cuerpos, las proteínas, por ejemplo, podemos entender, y conocer la estructura interna de estas proteínas y podemos también conocer y estudiar la estructura por ejemplo de las membranas celulares y de la misma manera podemos conocer la estructura de los agentes tóxicos que generan infecciones en los seres humanos, y en particular en los virus”.
En consecuencia, resulta importante contar con esta tecnología en este momento de la pandemia del Covid-19.
Franco López considera que se trata de “un gran acierto” porque en momentos como el día de hoy “es cuando uno se da cuenta de lo relevante que es tener un sistema de ciencia y tecnología potente para que se puedan atender problemas como éste y crear infraestructura para desarrollar las investigaciones”.
Precisa que este tipo de desarrollo tecnológico “no únicamente sirve para hacer investigaciones en salud”, sino también es aplicable en los campos de la “nanotecnología, ingeniería y en prácticamente todas las ramas del conocimiento y es útil prácticamente para todas las ramas de producción. Hay cualquier cantidad de investigaciones para empujar la ciencia, la tecnología y la industria en nuestro país” y otras naciones del área.
Por ejemplo, cita Franco López, la industria farmacéutica encuentra en el sincrotrón una herramienta poderosísima para desarrollar nuevas moléculas y fármacos, pero hay muchas aplicaciones como para hacer imagenología de contraste, para hacer broncrogramas, para estudiar en detalle la estructura de pacientes en un hospital, en pacientes de pulmón o mamogramas o cualquier necesidad de generar imágenes de algunas zonas del cuerpo humano.
De igual forma, permite el estudio en aplicaciones de la porosidad de los concretos que se desarrollan para ver su resistencia para la industria de la construcción y para conocer los elementos tóxicos, contaminantes por ejemplo en el agua, en la tierra para la tierra de siembra, y los elementos que son absorbidos por las plantas y para saber cuál es la estructura de los microrganismos, dice el especialista.
“Hay una amplísima gama de aplicaciones en salud, en materiales, en ingeniería y en muchas otras ramas del conocimiento”, señala.
El Sincrotrón, cuyos orígenes datan de la primera mitad el siglo XX, constituye una herramienta científica-tecnológica capaz de resolver y dar respuesta a retos clave para el desarrollo de México y el mundo en áreas de alto impacto social y económico como la medicina, la industria de la construcción, la nanotecnología y la ingeniería, entre otras muchas más.
Un poco de historia: en la primera mitad del siglo xx se desarrollaron los aceleradores de partículas y durante la segunda mitad, se refinaron y uno de este tipo de aceleradores es uno que acelera electrones y éstos tienen la costumbre de emitir luz cuando son acelerados.
A la fecha, varios países desarrollados como Canadá, Estados Unidos, Japón, Suiza, y más recientemente naciones asiáticas como China y Japón o iberoamericanas como Brasil, poseen uno o varios sincrotrones. Con base en una iniciativa del gobierno federal mexicano a través del gobierno del Estado de Hidalgo, México tendrá pronto en operación un primer sincrotrón en suelo hidalguense.
La tecnología y las aplicaciones para usar los sincrotrones son muy variadas y se han ido desarrollando en las últimas décadas de manera vertiginosa y muy adecuada, apunta Franco López, entusiasmado por este proyecto científico-tecnológico que dará al país nuevas oportunidades de desarrollo.
Es un magnífico proyecto de diplomacia científica, un magnífico ejemplo de diplomacia científica, en donde el instituto suizo Paul Scherrer pone el tiempo, las facilidades del uso del Sincrotrón y el estado de Hidalgo da el financiamiento para hacer los viajes y la estancia de los investigadores interesados en esto.
Franco López invita a todos los investigadores para que se animen, hagan una propuesta y participen.
México tiene que avanzar y dar pasos sólidos en los campos de la tecnología y la ciencia. ¡Enhorabuena!

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@RobertoCienfue1