¿Protección para Sanjuana?

¡Inconcebible! La señora Sanjuana Martínez, titular de Notimex, la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, nos lleva de sorpresa en sorpresa. Eso sí que no se puede negar. Ahora ha pedido el amparo del denominado Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y

Periodistas, dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob). Así, como lo lee. 
Lo que faltaba. ¿Quién podría imaginar que quien se ha comportado prácticamente como una verduga -si, válido el uso femenino- de trabajadores y periodistas desde que asumió el cargo que aún ostenta, recurra ahora a un recurso de amparo? Inimaginable. Los excesos y despropósitos que nos toca ver en este tiempo de México, tan calamitoso en tantos otros ámbitos. Y sin embargo, no cede la sorpresa ante el reclamo o la solicitud de protección.
Vivir para contar es a lo que uno aspira en estos días, semanas, meses y años en que las cosas están revueltas a límites que suponíamos imposibles hace unos tres años, cuando supusimos como muchos que no se podía estar peor en el país. Vaya error de cálculo, perspectiva, análisis o como usted quiera nombrarlo, que al final de cuentas ya es lo de menos. El hecho es que estamos viendo una especie de mundo al revés, en donde los patos abren fuego o disparan a las escopetas. Y no exagero.
Mire usted cómo es que la señora Sanjuana pide protección, amparo, cuidados para ella, la misma persona -así usted lo dude- que embistió con todo el poder de su cargo -conferido por nadie más que el presidente Andrés Manuel López Obrador, que dicho sea de paso se autoproclama entre los mejores presidentes del mundo, así nomás- en contra de empleados y periodistas de Notimex.
Y qué digo uno, dos, cinco, diez, veinte, 50, 100, o 150. No. La señora Sanjuana se deshizo por el poder de su poder de cuanto empleado o periodista no fuera de su agrado o incluso ella se imaginara rebelde, insumiso o simplemente parte de un sindicato, al que humilló, vejó, irrespetó convencida de que el poder conferido a ella por el presidente bastaba y sobraba para hacer cuanto le viniera en gana como ha hecho hasta la fecha sin que haya ley, norma, contrato, funcionario, institución y/o organismo capaz de equilibrarla y mucho menos contenerla.
Nada de eso ni mucho menos. El poder de Sanjuana en Notimex ha reducido a esta agencia del Estado, si, del Estado, a un reducto personal y absoluto. Y ay de aquél que se atreva a contrariarlo porque se paga caro y conforme al capricho de la señora, reacia, intolerante merced a su poder. ¿Quién le pone un alto? Su poder no entiende razones, argumentos o leyes. Es un poder avasallante, asfixiante, atrabiliario. ¿Pues qué no es para eso el poder? ¿Acaso hay otro argumento? ¿Puede haberlo? ¡Por favor! Sanjuana está convencida de su poder, emanado del epicentro del poder. 
Por ello sorprende que con semejante poder haya pedido amparo, que haya solicitado en su favor el Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. ¡Cáspita!

Ella, la imbatible, la poderosa, la única capaz de reivindicar a lo largo de 35 años el ejercicio de un periodismo independiente y honesto, faltaba más.
Pero por extrañísimas razones o motivos, la Segob le dijo "NO". Pácatelas. Una negativa también inimaginable para la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el origen del amparo planteado para Sanjuana. 
Muchos trabajadores y periodistas despedidos por la poderosa e imbatible Sanjuana preguntan: ¿Y quién nos defiende de ella? Lástima que el Chapulín Colorado ya haya pasado a mejor vida.

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@RoCienfuegos1