El Estado y sus razones (Andrés A. Aguilera M)

Son las diez de la mañana. Juan ha terminado su encomienda en el crucero complejo de la Ciudad de México. Durante ese tiempo sus oídos quedaron atrofiados por el ruido de motores y bocinas ensordecedoras que hacían sonar automovilistas desesperados por avanzar hacia sus destinos; al tiempo que —en el mejor de los casos— ignoraban sus indicaciones, le insultaban y aventaban los carros poniendo en riesgo su integridad, como si su condición de persona no importara por el hecho de portar el uniforme.

El poder o la potestad de dominar y definir sobre la vida, libertad y propiedades de las personas genera una fascinación gigantesca entre quienes lo ejercen. Difícilmente hay quien se resista a ese encanto, pues —cual sustancia psicotrópica— brinda diversas sensaciones placenteras a quienes lo

Las razones de estado son, esencialmente, aquellas acciones realizadas por instrucción y bajo operación de las instituciones gubernamentales, necesarias y extraordinarias, cuya finalidad es preservar al Estado. Este término ha sido empleado desde los tiempos de Nicolás Maquiavelo, padre del concepto de

Max Weber explicaba que un líder es una persona cuya función es guiar a otros por un camino determinado, con la intención de alcanzar objetivos específicos o metas compartidas. Su función impera influencia sobre el resto del grupo y su voz no sólo es orientadora, además es determinante con