Durante poco más de un año el mundo se ha enfrentado a una emergencia sanitaria sin precedentes. La pandemia decretada a nivel mundial por el Sars-CoV-2 o COVID 19, transformó de forma dramática la vida de las sociedades del orbe. Las reglas de convivencia cambiaron, las presencias se sustituyeron por llamadas y videoconferencias. Sin embargo, la falta de actividad, movilidad, tránsito y dinamismo gestó otro tipo de male cuyos efectos aún no hemos alcanzado un divisar.

Empezamos el año 2021 con un recordatorio inevitable de que, pese a la pandemia ya las condiciones de salud pública, los problemas preexistentes siguen latentes en nuestra sociedad y cada vez se tornan más lastimosos. El crimen, la pobreza, el hambre y la violencia siguen azotando a muchas personas a lo largo y ancho del orbe y, en particular, en nuestro México.

Gobernar es un arte difícil de practicarse. Implica, entre muchas otras cosas, tener la convicción de hacer lo necesario para garantizar la vida y la seguridad de las personas que forman el Estado, aún y cuando lo que se haga sea impopular o, incluso, hasta cuestionable. Es, en síntesis, poner el interés general, el bien mayor —o el mal menor— sobre el apetito egoísta de la popularidad.

Mientras escribo estas líneas veo nuevamente una película que puedo catalogar como “de mis favoritas”. “Las horas más oscuras” es un drama de 2017 en el que se narran los primeros días de la asunción de Winston Churchill como Primer Ministro del Reino Unido, que coinciden con el avance militar de Adolfo Hitler por Europa durante la Segunda Guerra Mundial en el año de 1940.

México es un país lleno de contrastes. En sus más de un millón de kilómetros cuadrados de territorio, cuenta con una diversidad de recursos considerable. Suelos de cultivos heterogéneos, climas variados que permiten una producción agrícola vasta y variada; miles de kilómetros de litorales, que permiten una explotación suficiente y responsable; hidrología amplia que permite abastecer del líquido y generar energía para consumo nacional, y una biodiversidad como pocas naciones en el orbe.