El papel del Presidente y su ausencia
La semana pasada, los principales medios de comunicación y las redes sociales estuvieron difundiendo diversas teorías conspirativas
Información útil para la toma de decisiones
La semana pasada, los principales medios de comunicación y las redes sociales estuvieron difundiendo diversas teorías conspirativas
Durante poco más de un año el mundo se ha enfrentado a una emergencia sanitaria sin precedentes. La pandemia decretada a nivel mundial por el Sars-CoV-2 o COVID 19, transformó de forma dramática la vida de las sociedades del orbe. Las reglas de convivencia cambiaron, las presencias se sustituyeron por llamadas y videoconferencias. Sin embargo, la falta de actividad, movilidad, tránsito y dinamismo gestó otro tipo de male cuyos efectos aún no hemos alcanzado un divisar.
Empezamos el año 2021 con un recordatorio inevitable de que, pese a la pandemia ya las condiciones de salud pública, los problemas preexistentes siguen latentes en nuestra sociedad y cada vez se tornan más lastimosos. El crimen, la pobreza, el hambre y la violencia siguen azotando a muchas personas a lo largo y ancho del orbe y, en particular, en nuestro México.
El 2020, año que terminó, será recordado —por muchos— como un momento fatídico en sus vidas. Muchas familias hemos vivido momentos sumamente críticos a causa de un enemigo microscópico que ha transformado radicalmente nuestras vidas.
Gobernar es un arte difícil de practicarse. Implica, entre muchas otras cosas, tener la convicción de hacer lo necesario para garantizar la vida y la seguridad de las personas que forman el Estado, aún y cuando lo que se haga sea impopular o, incluso, hasta cuestionable. Es, en síntesis, poner el interés general, el bien mayor —o el mal menor— sobre el apetito egoísta de la popularidad.