Opinión

Quienes estudian el futuro con el objetivo de mejorar las condiciones de bienestar de los que no han nacido, de los que aún no crecen, de los que no tienen voz, lo hacen por medio del pensamiento prospectivo, aquel que plantea lo qué podemos hacer para que el futuro sea mejor. La pandemia vino a replantearnos a nivel global y local nuestros principales desafíos, pero también a desenmascarar muchas de las hipótesis que sosteníamos como sociedad, como país, en todas las materias, nos vino a develar nuestra necesidad de plantear y planear el futuro.

Guanajuato es para AMLO lo que Michoacán a Calderón, su infierno, el derrumbe de todas las estrategias en materia de seguridad, Calderón golpeó el avispero y el estado michoacano se vio envuelto en llamas.

Debo reconocer que el acontecimiento me invita a retomar el tema que en días pasados me preocupó: la visita de amlo a “Wachinton”. He manifestado por escrito mis inquietudes con respecto a este tan polémico viaje y además y dejado en claro

La masacre en un centro de rehabilitación en Guanajuato, con un saldo hasta la víspera de 26 muertos, entre ellos jóvenes y aún menores de edad, habla por sí sola del clima de violencia criminal que estremece a México y pareció una estocada, calculada o no, al discurso presidencial en el recinto parlamentario del Palacio Nacional para conmemorar los dos años de un triunfo inobjetable y contundente que se perfila, de manera paradójica y harto preocupante, en una desgracia nacional.

Lo que son las cosas de la vida, ahora con la entrada en operación del T-MEC (Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá), que coincide con la llegada de lo que bautizaron como 4T al gobierno federal, resulta que se tiene que acudir a Washington para dar el beneplácito a un tratado de origen neoliberal impulsado por esos gobiernos que tanto se denostan en estos tiempos. ¡Realidad!.