Metas por decreto del Mitómano

Sin lugar a duda, el presidente de la República es un mentiroso compulsivo. De acuerdo a los especialistas de la psique

se puede decir que un mentiroso compulsivo es una persona que ha normalizado la mentira y le resulta más fácil mentir que decir la verdad, creando así su propia realidad, en la cual obtiene un beneficio evitando ser dañado por la verdad, que para una persona esa verdad les duele.

Bien señalan los expertos que los mitómanos o mentirosos compulsivos suelen alardear de sí mismos cuando cuentan algún suceso y lo hacen aludiendo a su responsabilidad frente a esas circunstancias en la que la verdad está ausente. El narcisismo en realidad es una forma de esconder las inseguridades, y esto es lo que le ha venido ocurriendo al Primer Mandatario.

La mitomanía es un trastorno psicológico de la conducta que lleva a una persona a mentir compulsivamente. Los mitómanos mienten e inventan anécdotas fantásticas de manera repetitiva con la finalidad de obtener un beneficio de manera inconsciente que suele ser atención, admiración, con la finalidad de evitar un castigo o las consecuencias desastrosas de su propia enfermedad.

Para el mitómano compulsivo la mentira se convierte en un hábito, porque la mentira es su forma de relacionarse con los demás. El mitomano compulsivo no solo siente la necesidad de mentir cuando existen circunstancias en su contra para evitar las consecuencias también en los detalles pequeños, aunque nada gane con ello. Y no se trata de hacer un retrato de quien está al frente del país, sino de dar a conocer lo que hasta ahora ha logrado, y no es otra cosa que una lista de mentiras de más de ciento cincuenta mil de ellas.

La mejor manera de tratar con un mitómano compulsivo como el presidente de la República es confrontándola, pero con evidencias para que se desnude esa infinita capacidad de engañar a los demás. Porque si de algo podemos estar seguros es de que Andrés Manuel López Obrador ha hecho de la mentira la industria más rentable para sus fines de alcanzar el poder, y por desgracia lo ha logrado.

El desastre no puede continuar, y lo previsible es que el inquilino de Palacio Nacional busque por todos los medios que la continuidad de su proyecto recaiga en Claudia Sheimbaun, es más, podemos tener la certeza de que se entrometerá con todo el poder que representa, pero también es preciso señalar que la fortaleza de nuestras instituciones democráticas están firmes aún, y no podrá por ningún motivo violentar las decisiones de una sociedad harta de sus desplantes totalitarios. Al tiempo.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación. Al tiempo.