Columna invitada

aproducto

La elección pasada nos dio muchas lecciones, pero también permitió a los políticos verse en las mieles del poder. Y no es que requiera yo de un gran ejercicio de imaginación para visualizar lo que algunos hombres y mujeres pretenden hacer con el país,

aproducto

Hay cosas que me enchilan el alma, que me provocan dolores en el espíritu, y que hacen que me salga escorbuto por todo mi maravilloso y atlético cuerpo. Y no es que sea yo muy delicado para eso de andar teniendo reacciones por lo que hacen mal los malandros que tenemos en esta bendita tierra, sino que me enronchan el corazón las injusticias que cometen quienes se presumen como justicieros simplemente porque los gobernantes timoratos como Gabino Cue lo han permitido.

aproducto

Tradicionalmente me he referido a los problemas domésticos. Los he analizado, desmenuzado y criticado como tiene que ser el trabajo de un periodista de mi estatura, intelecto, y osadía, pero también he propuesto algunas cosas que mi brillante cerebro produce para bien de la humanidad, y en esta ocasión me referiré a algo que viene ocurriendo en el Continente y que me ha tenido cavilando un poco para determinar que es lo que esta pasando por la mente de esos gobiernos de corte populista que se han enquistado y que se han convertido en verdaderos dictadores porque han sometido, sojuzgado, manipulado, y empobrecido a la gente. El populismo es ya una epidemia que conviene analizar y en su caso deponer antes que sigan provocando mayores males en los pueblos de esta América nuestra.

aproducto

No cabe duda que cada tiempo electoral es distinto a los demás. Y lo digo porque lo que ahora veo no es mas que la reedición de momentos pasados, pero con un mayor número de ocurrencias y en algunas ocasiones de idioteces. Claro esta que también hay malandroneria y media a cargo de esos delincuentes que se incrustaron en los gobiernos para coligarse y formar células del crimen organizado. aunque usted no lo crea, eso que le estoy diciendo es verdad, aunque el señor Miguel Ángel Mancera siga negando que en el Distrito Federal está la delincuencia organizada. Lo que pasa es que no quiere que nos enteremos que pese a su careta de demócrata que intenta colocarse, hay una banda de rufianes en cada una de las estructuras del Gobierno de la Ciudad de México.