Una amarga Navidad y fiestas de fin de año pasará el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa. Primero, la noticia buena que consiste que en 2105 la capital de la República ejercerá un presupuesto histórico: 169 mil 222 millones 623 pesos, lo que significa que habrá un dineral o un costal repleto de billetes para los proyectos administrativos y político-electorales en el Distrito Federal.

Una de las banderas electorales que enarboló el PRD, en el ya lejano año de 1997, para ganar en las urnas la jefatura de Gobierno, en la persona del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, fue atacar de manera frontal la corrupción que se registraba en el entones Departamento del Distrito Federal.

La Consultoría Integralia, que encabeza el reconocido politólogo Luis Carlos Ugalde, reprobó a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en materia de transparencia y rendición de cuentas, al asegurar, más o menos, que este órgano deliberativo es “candil de la calle y oscuridad de su casa”.

En la geografía política es conocido llanamente como: el ingeniero. Se trata de Cuauhtémoc Cárdenas quien presentó su renuncia irrevocable al PRD, partido que fundó en 1989, hace 25 años. Es considerado como uno de los pocos políticos congruentes que hay en el país. Además, fue tres veces candidato presidencial.

El jefe del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, reapareció el martes anterior, luego de la operación a corazón abierto a la que fue sometido en días pasados y lo hizo en grande, siempre respaldado por el gabinete capitalino en pleno, diputados de la ALDF, sociedad civil y hasta comentaristas deportivos.

Hace 104 años se inició una gesta armada con motivo de una arenga política. “Sufragio efectivo, No reelección” se leía en las páginas del Plan de San Luis, escrito por Francisco I. Madero, hoy reconocido mártir de la democracia e ícono de la Revolución Mexicana. Lo que inició como una promulgación política con la que se daba inicio a una guerra para destituir a un régimen oligárquico, se transformó –tras los trágicos sucesos de la Decena Trágica– en una de las primeras revueltas de reivindicación social que surgió durante el iniciante siglo XX.