Esta semana un prestigiado diario de la gran capital publicó una noticia que puso los pelos de punta y provocó mucha angustia entre los ciudadanos: El título de la información es el siguiente: “Liberan a 10 mil reos de cárceles capitalinas”, situación que se da por la entrada en vigor del nuevo sistema penal.

Una de las mayores preocupaciones de los millones de habitantes de la ahora CDMX es el fenómeno de la inseguridad. Este flagelo social, que parece imbatible en la gran capital, ha provocado que el jefe de la administración pública local, Miguel Ángel Mancera Espinosa, reciba una calificación reprobatoria por parte de los diferentes sectores de la sociedad capitalina.

Aquí, en este espacio lo hemos afirmado hasta el cansancio: el transporte público concesionado y público de la Ciudad de México es obsoleto, anticuado, lento y  bastante peligroso. Y para muestra basta solamente un botón.

El pasado 6 de julio, se cumplieron, en la ahora CDMX,  20 años de un gobierno electo, en esta fecha ganó la elección el entonces candidato del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, quien tomó posesión el 5 de diciembre en las instalaciones de la ALCDMX, en el viejo recinto legislativo de Donceles y Allende, en presencia del Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

Mucho se ha hablado de un fenómeno político ocurrido, principalmente, en la Ciudad de México. Obviamente, estamos hablando del partido propiedad del ex jefe de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, conocido por Morena; es decir, el Movimiento de Regeneración Nacional, nombre que por cierto fue copiado o pirateado de la agenda política Argentina.

En nota informativa de un diario de los llamados de circulación nacional, se publicó un  estudio atribuido a la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) de la Ciudad de México, en donde se diagnóstica: “el transporte público es ineficiente, mientras que el privado, es descontrolado.